viernes, 17 de agosto de 2012

MUDANZA



Entonces escuché que la muerte dictaba los colores al mundo de los vivos. El fémur fracturado de una mujer de mediana edad convierte, dieciocho siglos después, un salón en una isla ligeramente pentagonal. Una caja vacía llena de calmada espera veinticincocentímetros cuadrados durante noventa y siete días. Finalmente alguien la mueve. Las hormigas sobreviven a la poda  buscando recovecos en el primer azulejo de la cocina nueva. Treinta y cinco aniversarios en caoba. El  pasado se convierte en recuerdo pintando los espejos en blanco roto.