El agua nos hipnotiza.
Irrumpe al final de la tarde
en afanosa misión esferoidal.
La bruma se rinde al equívoco ajetreo
de los feligreses.
Extasiadas las suelas
colisionan, vientre con vientre,
contra los charcos.
Acróbatas descalzos del fango,
chapoteamos en el té.
El pelo empapado en la frente.
The kid says that sometimes
there is so much beauty in the world
that sometimes you just
cant’ take it.
Jardines incendiados
con las sombras efímeras
de la incertidumbre.
En domingo la lluvia también es
una forma de autoengaño.
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